sábado, 21 de marzo de 2009

Una nueva ley obligará a apagar las luces ornamentales a las 11 de la noche

La Junta de Castilla y León y el Gobierno central convocarán en «pocas semanas» un nueva línea de subvenciones dirigida a los Ayuntamientos para que cambien la iluminación exterior. Dotada con 600.000 euros y cofinanciada al 50 por ciento entre ambas administraciones a través de la Ley de Desarrollo Rural pretende facilitar la sustitución de las actuales bombillas incandescentes por otras más modernas y menos contaminantes y que se lleve a cabo un nuevo diseño de la iluminación «para evitar que se disperse la luz y así cumpla con su función», según anunció ayer la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz.
En esta convocatoria «se priorizará» a los municipios que están dentro de espacios protegidos de Castilla y León «porque su afección a la flora y a la fauna es mayor» destacó Ruiz, quien avanzó que las ayudas «se irán extendiendo al resto y también a las ciudades» y que existen otras subvenciones en la misma dirección a través de la Dirección General de Energía y de la Consejería de Economía y de la de Interior y Justicia.
Esta convocatoria ya avanza en los objetivos que persigue la ley de Prevención de la Contaminación Lumínica y Ahorro Energético que elabora la Junta como «uno de los compromisos de legislatura» y cuyo anteproyecto salió a exposición pública el viernes. «Es una ley muy necesaria», subrayó Ruiz, que ayer presentó los detalles del texto.
Triple objetivo
El fin que persigue esta nueva norma -que la consejera confía en que llegue a las Cortes para su aprobación antes de finalizar este año- es triple. En primer lugar, preservar las condiciones naturales nocturnas en beneficio de la salud de las personas, la flora, la fauna y los ecosistemas, ya que, según recordó Ruiz, la iluminación tiene una «incidencia directa» en aspectos como las aves o el ciclo de vida de los insectos, que afectan,a su vez, en la polinización y los cultivos.
El segundo fin es promover la eficiencia y ahorro energético de iluminación, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático. Como dato, apuntó que el 60 por ciento de los gastos corrientes de los ayuntamientos derivan de la iluminación.
Defender el paisaje y la garantía de la visión nocturna del cielo, sin mermar las condiciones de seguridad, es el tercer objetivo de una «ley técnica en una gran parte, pero que adquiere su relevancia de cara a cumplir un objetivo también importante».
Aunque Ruiz insistió en que la ley «prevé excepciones» y serán los ayuntamientos quienes tendrán que adaptarla a sus normativas. El proyecto incluye puntos como que la iluminación de fachadas o infraestructuras con motivos estéticos, comerciales u ornamentales y de luminosos comerciales se podrán encender sólo entre la puesta del sol y las 11 de la noche, pudiendo ampliarse una hora en vísperas y días festivos, viernes o con motivo de algún evento que se celebren en las localidades. «Algunos elementos, perfectamente podrían suprimiese», subrayó.
No publicidad aérea nocturna
Otra de las prohibiciones que contempla es la de artefactos y dispositivos aéreos de publicidad nocturna y de iluminación directa e intencionada sobre farallones y cortados rocosos de interés natural.
Está dirigida fundamentalmente al alumbrado exterior, pero, según matizó la consejera, también afectará a algunos interiores con incidencia externa como es el caso de algunos establecimientos comerciales.
Articulada en la línea marcada por el Gobierno central con su normativa aprobada en 2007, busca una «iluminación suficiente y más eficiente» a través de una ley que persigue «mejores condiciones, ahorrar dinero y contribuir a luchar contra el cambio climático».

Fuente: ABC

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