sábado, 21 de marzo de 2009

Contra la polución lumínica

La Junta de Andalucía ultima la normativa que marcará las pautas para rebajar la contaminación del cielo. La iniciativa fijará la cantidad de emisión de cada alumbrado y protegerá algunas zonas

LUCAS MARTÍN . MÁLAGA Después de años de demanda y estudio, la Junta de Andalucía se ha decidido a poner coto a la contaminación lumínica, un problema que, además de entorpecer la visión del cielo, multiplica el gato en luminarias y altera los ciclos vitales de numerosas especies. El Gobierno Andaluz ultima una normativa que comportará la protección del espacio celeste a través de todo tipo de protocolos, entre los que se incluye el uso y el control del alumbrado público.
En la última década, el incremento de la polución ha sido notable en escenarios de la provincia de Málaga, que se han visto afectados por el elevado plantel de luminarias que soporta la Costa del Sol. Un aumento que interfiere, incluso, en el trabajo del Instituto de Astrofísica de Andalucía, situado en Granada, y en el horizonte del observatorio habilitado en Algarrobo.
Se trata, en concreto, de dos puntos que serán preservados de manera especial por la normativa, que prevé declararlos zonas de referencia y garantizar su protección. Según los expertos, el trabajo que espera a la Junta no se basa en instalar guardianes, sino en fomentar la racionalización en el uso de la energía. Entre otras cosas, porque la contaminación no sólo compete a los especialistas, sino también al bolsillo de los ciudadanos.
Según los datos de la Sociedad Astronómica de Figueres, el uso de bombillas adecuadas rebajaría hasta en un 25 por ciento las facturas ordinarias, lo que, en tiempos de crisis, resulta una necesidad de primer orden. Especialmente, si se tienen en cuenta los beneficios de instalar luces de bajo consumo, que supondrían un ahorro de treinta millones de euros en la comunidad andaluza.
En este sentido, la lucha contra la contaminación arroja cifras sonrojantes. Un viraje en las costumbres y en el alumbrado, la incorporación de lámparas de sodio de baja presión en todos los municipios acarrearía aún más ventajas económicas y abarataría las facturas en un cuarenta por ciento. Un extremo que aparece amparado en la normativa, en la que se fijarán los límites de las emisiones de luz de cada zona y se vetarán usos inadecuados.
Los beneficiarios, además de los astrónomos y los ciudadanos, serán también buena parte de la flora y la fauna de la comunidad, que padece, desde hace años, los efectos perversos y desestabilizadores de la contaminación luminosa. Los especialistas explican que la irradiación actual de zonas como la Costa del Sol resulta perjudicial para las especies de costumbres nocturnas, que, al parecer, son más numerosas que las diurnas.
Pero la incidencia en la reproducción de los animales no es el único perjuicio emparentado al fenómeno. De acuerdo con los especialistas, la polución puede afectar también a la salud de la población. Sobre todo, en lo que respecta a la aparición de trastornos como la ansiedad o dolores de cabeza.
La norma incluye asimismo la creación de una oficina para la protección del cielo, que se encargará de coordinar, impulsar y promover las iniciativas relacionadas con la materia. En definitiva, un gran paso para hacer resplandecer al cielo.

Fuente: La opinión de Málaga

No hay comentarios: